SketchBook Pro

El dibujo es un ámbito que ha evolucionado mucho en lo últimos años, principalmente debido a los cambios en las nuevas tecnologías y la digitalización de todos los entornos. Por ese motivo ahora hay opciones mucho más allá del lápiz y el papel. Las tabletas gráficas y los programas de edición para ordenador o iPad han demostrado que incluso uno de los artes más antiguos del mundo aún tiene posibilidades de reinventarse. Hace solo un par de décadas nadie nos habría creído al decirle que habría podido dibujar con un lápiz óptico sobre una pantalla adaptada para detectar sus movimientos, y que a la vez este sistema retransmitiría el dibujo realizado a la pantalla de un ordenador. Suena cosa de magia, pero lo cierto es que actualmente esta tecnología existe y es ampliamente utilizada.

En este contexto se desarrolla el programa SketchBook Pro, una idea de la misma empresa que dio vida a Autodesk: uno de los softwares más utilizados en todo el mundo para el desarrollo de proyectos de arquitectura o de diseño de interiores, entre muchos otros. Pero centrándonos en SketchBook Pro, este programa está pensado para que disfrutes más que nunca de todo lo que supone dibujar. Tanto si eres un principiante como si has hecho de este arte tu profesión, el software te permite explorar tu creatividad para crear cualquier cosa que se te ocurra. Y como todo en la vida, la práctica hace al maestro: cuantas más horas dediques a trabajar con él, mejor se te dará y más sencillo te resultará dar con resultados profesionales.

Aunque hay quienes comparan SketchBook Pro con programas como Photoshop, lo cierto es que el segundo está más enfocado al retoque fotográfico y a la aplicación de color. El software que nos ocupa, en cambio, te ofrece más de un centenar de pinceles que dan lo mejor de sí durante las fases de bocetado y entintado, permitiéndote centrar la atención en los contornos más que en los rellenos y en el coloreado. Aunque, por supuesto, también podrás aplicarlo con la ayuda de sus herramientas específicas para ello.

Una de las características más adoradas de este tipo de sistemas de edición es su método de capas. Si alguna vez has trabajado con programas similares sabrás en qué consiste y lo práctico que resulta tener un proyecto con una cantidad considerable de capas superpuestas entre ellas. Si no estás familiarizado con el concepto, lo más fácil es imaginar que tienes un montón de folios: si recortas los primeros verás los que hay debajo, mientras que lo que pintes en los inferiores no afectará en absoluto a la imagen de encima. Las capas, además, pueden fusionarse y personalizarse con una gran cantidad de efectos y filtros.